Recomendaciones para el uso de hongos entomopatogenos


Tecnicas de produccion limpia 2

Boletín 230409 BIOGARDEN CONTROL BIOLOGICO.

El uso excesivo de los plaguicidas, ha traído consecuencias negativas en el suelo, el agua y en el ambiente; ha provocado aumento de las plagas debido a la resistencia que presentan los insectos a los productos químicos y a la destrucción de los enemigos naturales; el uso de estos productos ha causado serios problemas en la salud humana y animal por la presencia de residuos tóxicos en diversos productos. Para reducir el efecto negativo del uso indiscriminado de los plaguicidas, se ha hecho necesario la implementación de sistemas agrícolas sostenibles basados en el conocimiento de las relaciones entre cultivos, el ambiente y los organismos que viven en el campo. En la naturaleza existe una gran diversidad de organismos, los cuales afectan a los insectos, reduciendo así las poblaciones de plagas. Entre estos organismos encontramos hongos, bacterias, virus y nematodos entomopatógenos, algunos de los cuales, principalmente los hongos, han sido manipulados y reproducidos masivamente para ser utilizados exitosamente en el control de importantes plagas agrícolas. Los hongos entomopatógenos, son microorganismos que viven a expensas de insectos de diferentes órdenes en forma natural, no causan daño al hombre, animales ni plantas. Requieren una adecuada humedad, pH y temperatura para su natural dispersión e infección, dependiendo de cada especie de hongo. Los hongos entomopatógenos actúan por contacto en los diferentes estadios de los insectos plaga. Los conidios, son las unidades infectivas, penetran al cuerpo del insecto, produciéndole disturbios a nivel digestivo, nervioso, muscular, respiratorio, excretorio, etc.; es decir el insecto se enferma, deja de alimentarse y posteriormente muere. La muerte puede ocurrir a los tres a cinco días, dependiendo de la virulencia del hongo y estadio del insecto.

Muchos errores en la utilización de biofungicidas, se han originado, por utilizarse con el criterio de colonización solamente, en condiciones donde no estaban garantizadas las condiciones climáticas mínimas o cuando se ha utilizado una dosis muy baja, incapaz de brindar una adecuada protección de los cultivos. Para evitar estas faltas, se han propuesto dos principios para el uso de entomopatógenos: El primero, consiste en la reducción de la población por debajo del umbral económico, lo que se logra a través de la utilización de dosis apropiadas y la repetición de los tratamientos cuando los niveles de la plaga sobrepasen el nivel poblacional critico. El segundo principio se basa en aplicar la mayor dosis al más amplio espectro de plaga que se pueda presentar. Sumado a esto se debe tener en cuenta que debido a que el efecto de los hongos entomopatógenos no es inmediato se requiere realizar la primera aplicación antes que la plaga alcance niveles altos de población o antes del período crítico del cultivo. Por tal razón la primera aplicación se debe realizar de forma preventiva de acuerdo a un programa calendario o al observarse los primeros insectos plagas en los cultivos.

Por tratarse de un organismo vivo, los hongos entomopatógenos están afectados por condiciones ambientales que pueden llegar a limitar su efectividad; a continuación se describirán algunos factores que se deben tener en cuenta.

Los agroquímicos impiden el desarrollo de estos hongos, por tal razón, la programación de aplicación no debe de coincidir con aplicaciones de fungicidas, azufrados, etc. Hay que tomar en cuenta que los hongos requieren condiciones de pH acido (5-7), por lo que al momento de la aplicación hay que tener cuidado con este factor, ya que si el agua es alcalina se afecta la efectividad del hongo; por tal motivo se debe procurar siempre hacer las aplicaciones con agua limpia y evitar el uso de aguas estancadas y sucias.

La aplicación de los hongos entomopatógenos debe hacerse por la tarde cuando la radiación solar no es muy fuerte. El éxito de la aplicación y el control con hongos entomopatógenos depende también de la elección de los equipos de aspersión. Se utilizan equipos convencionales, utilizando boquilla cónica de gotas finas, no debe tener desgaste ni daños en el orificio de la boquilla de tal manera que se obtenga una aplicación uniforme. Los equipos deberán ser nuevos o limpios, libres de residuos químicos, los cuales inhiben la viabilidad de los conidios, tener especial cuidado en la limpieza del equipo cuando anteriormente se ha utilizado para la aplicación de fungicidas.

El efecto residual de los microorganismos entomopatógenos es de una semana y se deben evitar las pérdidas del producto por lluvia, deriva, escurrimiento y turbulencia del viento. Para obtener mejores resultados se debe realizar una segunda aplicación a los 5 ó 7 días después de la primera aplicación, es recomendable realizar de 3 a 4 aplicaciones, determinando los intervalos de aplicación de acuerdo a las evaluaciones, así como a la biología de la plaga a tratar.

Por ultimo, uno de los principales problemas de los biofungicidas es el almacenamiento, ya que se debe mantener la viabilidad de los conidios. La capacidad de sobrevivencia de los conidios depende de su contenido de humedad. En condiciones de refrigeración (4 -5oC), se puede mantener la viabilidad hasta por dos años, pero en condiciones ambientales la conservación es de hasta 12 meses aproximadamente, a menos que se tenga un buen tipo de formulación que ayude a proteger a los conidios.

Para evitar que se reduzca la calidad y efectividad de los productos a base de hongos entomopatógenos, éstos se deben guardar en lugares frescos, limpios, no húmedos y en lugares que no reciban la incidencia directa del sol, debido a que estos factores son desfavorables para los hongos. Además una vez que el usuario obtuvo el producto no debe almacenarlo en condiciones ambientales por más de dos meses.